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Gabriel García Márquez: última carta

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Al fin el fin, Han pasado ya unos años, muchos desde que te escribo, incluso podría afirmar que todas mis palabras fueron tuyas desde mi primer poema, allá por la infancia. Hoy cumplo 85 años y mis fuerzas ya no son lo que eran. Puedo sentir que aquel cáncer linfático con el que luché volverá en cualquier momento. Puedo sentir el peso de la muerte detrás de la puerta esperando a que sea abierta. También puedo confesarte, con una mezcla de dolor y alivio, que hoy es mi último escrito. Mis manos ya no responden igual al tacto de la pluma, del boli y de las teclas. Tampoco lo hace mi cabeza, que confunde ideas con recuerdos y sueña a veces con Macondo y Fermina Daza en un mismo escenario. O con aquella prostituta que solo buscaba el amor paseándose por las calles de Rioacha. La ficción y la realidad se entremezclan e incluso el coronel Aureliano Buendía parece observarme a los pies de mi cama, animándome a seguir librando esta guerra. Pero sé que hay un momento en el que hay que decir...

Gabriel García Márquez: carta 9ª

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  A ti, El panorama internacional está convulso, la crisis financiera está afectando a todas las regiones del mundo y los Juegos Olímpicos en Tokio han sido un éxito internacional como evento deportivo. Se ve el derrame económico en los medios, en la calle, en los ojos de la gente, aunque ya a mis años poco me meto en estos temas, pues mínimo es lo que mi persona puede conseguir que ya no haya logrado con la virtud de las letras. No obstante, con lo que más sufro en estos días y seguiré sufriendo hasta el fin de mi tiempo es con el declive que está aconteciendo al Periodismo. Yo siempre dije que es el oficio más bello, pero se necesita pasión, buena escritura y servicio a la realidad y la veracidad para hacer esta afirmación real. Pocas veces encuentro estas cualidades en los escritos de hoy en día. Sigo con mi buena costumbre de levantarme y ponerme a leer el periódico, tranquilo, disfrutando del pequeño placer que da el café y el amanecer. Y es en ese momento cuándo más me d...

Gabriel García Márquez: carta 8ª

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Esta carta nunca tuvo destinatario. En los pocos momentos que puedo encontrar la soledad, en aquellas horas donde sé que los pensamientos son los mejores compañeros; a veces, escribo solo para el papel y para mí. Como un pacto secreto entre la tinta y mis palabras. Hoy es un día de esos, sin importancia y sin tampoco nada excepcional. Por ello dejo este usual escrito a merced del olvido o de quién lo encuentre. Tampoco tengo muy claro llegado a este punto si va a haber un hilo que conecte las ideas de este cuento que es mi vida o si la conducción de un mismo tema será la que acompañen estas letras. A veces mi mente locuela se alía con la imaginación y puedo sacar a la luz ideas y relaciones que ni yo mismo me esperaba. El otro día vi publicado en un texto el discurso que di en Cartagena de Indias por motivo del millón de lectores de Cien años de soledad . Cuando lo encontré de sorpresa no fui capaz de volverlo a leer, pero, un cosquilleo emanó en mí y me recorrió las partes de mi tan d...

Gabriel García Márquez: carta 7ª

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A ti, Empiezo a sentir la humedad en los huesos del invierno de México. El frío en la capital está más presente, aunque con la calidez del hogar nunca me había sentido tan arropado. Intento dar un poco de tranquilidad a mis días, disfrutarlos con Mercedes como hacíamos entonces sin el bullicio de la prensa, los altibajos y la rebeldía. De hecho, pasamos horas y horas hablando de las anécdotas que han supuesto la base de nuestra vida o de mis manías que conservo y preservo con anhelo. No podría haber conseguido ni la mitad de lo que tengo sin la mano paciente y estilosa de mi esposa. Hace ya muchos años, cuando terminé de escribir Cien años de soledad, vivíamos en esta misma ciudad y nuestra estabilidad económica brillaba por su ausencia. Necesitábamos una gran cantidad de dinero para enviar la primera copia a la editorial que estaba en Argentina. Las monedas que teníamos nos daban solo para enviar la mitad del manuscrito, deseando que fuera aceptado y posteriormente pudiéramos mand...

Gabriel García Márquez: carta 6ª

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 A ti nuevamente, El año de mis números mágicos ha llegado a su fin. Comienzan otros doce meses donde el tiempo ya no espera ni desespera. Sé que mi hijo te escribió en un ataque de amor o quizá rabia por mi admiración hacia ti. Nunca supe qué te pudo contar, pero te aseguro que es cierto, Rodrigo tiene ese punto de exageración como yo, pero nunca diría una mentira de su padre. Por eso, al conocer alguna verdad amarga sobre el sentimiento, espero que me perdones.  Después de aquello he tardado en volver a escribirte, quizá por miedo o de nuevo o por no querer divagarme demasiado en el recuerdo. Ahora mismo, como una cascada en primavera, me llegan las imágenes de aquellas personas que de una manera u otra formaron parte de mi vida. Incluso te llegué a confesar que, a pesar de las diferencias, añoraba a mi amigo Mario. Pero en las pérdidas no sirve de nada aferrarse. ¿Te acuerdas de Álvaro Mutis? Escritor como yo de nuestra amada Colombia, hemos compartido tanto juntos que ...

Gabriel García Márquez: carta 5ª

  ¡Hola! Casi todos los días que veo a mi padre no deja de hablar de ti. Dice que eres lo más importante, que sin ti la dedicación de toda su vida no tendría sentido. A mí me abruma tanta pasión con la que él te escribe, pero no he podido resistir la tentación de también dedicarte unas palabras. Ya he entrado el verano en este año donde los números son tan importantes para mi padre. Te lo ha debido de contar porque tiene un brillo especial en los ojos al hablar de ello. Sus 80 años no han sido fáciles, él lo sabe y se apresura en escribir lo que recalca como importante y que, en su vida, le falta. Así que te pido que comprendas su desvelo y su derrame de pensamientos y palabras en cada carta. Intenta recuperar en cada segundo el tiempo que él cree perdido y a veces, bueno, ya le conocemos se vuelve demasiado el “García Márquez” fantástico y literario. Y es que es tanto lo que ha escrito que normal que tras tantos años se quiera evadir de la realidad en su mundo mágico inquebr...

Gabriel García Márquez: carta 4ª

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  A ti otra vez y siempre, La primavera se acaba y yo ya tengo por costumbre contarte lo que me atormenta sin que me tiemble la letra. El calor que empieza a emanar en junio aflora en mí los recuerdos del amor más puro que jamás he sentido. El amor de la que es mi compañera de vida, Mercedes Raquel Barcha Pardo. La conocí cuando ella tenía tan solo nueve años y desde ese instante supe que era la única mujer con la que quería casarme. Fue la más pura intuición, un impulso, un arranque del corazón lo que me hizo luchar por ella años después. Los cinco años de diferencia entre nosotros no supusieron nada. Por aquel entonces yo estaba a punto de irme a comenzar los estudios a Zipaquirá. No iba a ser un camino fácil, ella como yo, era la mayor de seis hermanos, hija de una familia de ganaderos y farmacéuticos con descendencia de Oriente y asentados en Barranquilla. Aún recuerdo el momento de la despedida, con tan solo una mirada la hice una promesa: “En cuánto acabe los estudios me ...