Gabriel García Márquez: última carta
Al fin el fin, Han pasado ya unos años, muchos desde que te escribo, incluso podría afirmar que todas mis palabras fueron tuyas desde mi primer poema, allá por la infancia. Hoy cumplo 85 años y mis fuerzas ya no son lo que eran. Puedo sentir que aquel cáncer linfático con el que luché volverá en cualquier momento. Puedo sentir el peso de la muerte detrás de la puerta esperando a que sea abierta. También puedo confesarte, con una mezcla de dolor y alivio, que hoy es mi último escrito. Mis manos ya no responden igual al tacto de la pluma, del boli y de las teclas. Tampoco lo hace mi cabeza, que confunde ideas con recuerdos y sueña a veces con Macondo y Fermina Daza en un mismo escenario. O con aquella prostituta que solo buscaba el amor paseándose por las calles de Rioacha. La ficción y la realidad se entremezclan e incluso el coronel Aureliano Buendía parece observarme a los pies de mi cama, animándome a seguir librando esta guerra. Pero sé que hay un momento en el que hay que decir...