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Mostrando entradas de febrero, 2022

Gabriel García Márquez: última carta

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Al fin el fin, Han pasado ya unos años, muchos desde que te escribo, incluso podría afirmar que todas mis palabras fueron tuyas desde mi primer poema, allá por la infancia. Hoy cumplo 85 años y mis fuerzas ya no son lo que eran. Puedo sentir que aquel cáncer linfático con el que luché volverá en cualquier momento. Puedo sentir el peso de la muerte detrás de la puerta esperando a que sea abierta. También puedo confesarte, con una mezcla de dolor y alivio, que hoy es mi último escrito. Mis manos ya no responden igual al tacto de la pluma, del boli y de las teclas. Tampoco lo hace mi cabeza, que confunde ideas con recuerdos y sueña a veces con Macondo y Fermina Daza en un mismo escenario. O con aquella prostituta que solo buscaba el amor paseándose por las calles de Rioacha. La ficción y la realidad se entremezclan e incluso el coronel Aureliano Buendía parece observarme a los pies de mi cama, animándome a seguir librando esta guerra. Pero sé que hay un momento en el que hay que decir...

Gabriel García Márquez: carta 9ª

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  A ti, El panorama internacional está convulso, la crisis financiera está afectando a todas las regiones del mundo y los Juegos Olímpicos en Tokio han sido un éxito internacional como evento deportivo. Se ve el derrame económico en los medios, en la calle, en los ojos de la gente, aunque ya a mis años poco me meto en estos temas, pues mínimo es lo que mi persona puede conseguir que ya no haya logrado con la virtud de las letras. No obstante, con lo que más sufro en estos días y seguiré sufriendo hasta el fin de mi tiempo es con el declive que está aconteciendo al Periodismo. Yo siempre dije que es el oficio más bello, pero se necesita pasión, buena escritura y servicio a la realidad y la veracidad para hacer esta afirmación real. Pocas veces encuentro estas cualidades en los escritos de hoy en día. Sigo con mi buena costumbre de levantarme y ponerme a leer el periódico, tranquilo, disfrutando del pequeño placer que da el café y el amanecer. Y es en ese momento cuándo más me d...

Gabriel García Márquez: carta 8ª

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Esta carta nunca tuvo destinatario. En los pocos momentos que puedo encontrar la soledad, en aquellas horas donde sé que los pensamientos son los mejores compañeros; a veces, escribo solo para el papel y para mí. Como un pacto secreto entre la tinta y mis palabras. Hoy es un día de esos, sin importancia y sin tampoco nada excepcional. Por ello dejo este usual escrito a merced del olvido o de quién lo encuentre. Tampoco tengo muy claro llegado a este punto si va a haber un hilo que conecte las ideas de este cuento que es mi vida o si la conducción de un mismo tema será la que acompañen estas letras. A veces mi mente locuela se alía con la imaginación y puedo sacar a la luz ideas y relaciones que ni yo mismo me esperaba. El otro día vi publicado en un texto el discurso que di en Cartagena de Indias por motivo del millón de lectores de Cien años de soledad . Cuando lo encontré de sorpresa no fui capaz de volverlo a leer, pero, un cosquilleo emanó en mí y me recorrió las partes de mi tan d...

Gabriel García Márquez: carta 7ª

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A ti, Empiezo a sentir la humedad en los huesos del invierno de México. El frío en la capital está más presente, aunque con la calidez del hogar nunca me había sentido tan arropado. Intento dar un poco de tranquilidad a mis días, disfrutarlos con Mercedes como hacíamos entonces sin el bullicio de la prensa, los altibajos y la rebeldía. De hecho, pasamos horas y horas hablando de las anécdotas que han supuesto la base de nuestra vida o de mis manías que conservo y preservo con anhelo. No podría haber conseguido ni la mitad de lo que tengo sin la mano paciente y estilosa de mi esposa. Hace ya muchos años, cuando terminé de escribir Cien años de soledad, vivíamos en esta misma ciudad y nuestra estabilidad económica brillaba por su ausencia. Necesitábamos una gran cantidad de dinero para enviar la primera copia a la editorial que estaba en Argentina. Las monedas que teníamos nos daban solo para enviar la mitad del manuscrito, deseando que fuera aceptado y posteriormente pudiéramos mand...