Fran Sevilla: “Mucha gente lo que celebraba no era la victoria de Biden si no la derrota de Trump”
Ha sido un honor poder entrevistar a Fran Sevilla, profesional de los pies a la cabeza. Un lujo que me ha permitido conocer de manera más cercana la realidad de EE.UU. ¡No os lo perdáis!
Conocedor del riego y la aventura, pero sobre todo periodista. En RNE desde 1988 ha sido corresponsal de guerra, en América Latina y actualmente lo es desde 2017 en Washington. Un hombre que desde sus inicios ha estado al servicio de la información internacional, que ha cubierto todo tipo de eventos en decenas de países y que hoy, a través de estas líneas, muestra la experiencia de más de 30 años de carrera.
¿Cómo empezó su carrera? ¿Cómo decidió que quería ser corresponsal?
Siempre he tenido claro que quería trabajar en información
internacional y trabajarla sobre el terreno. De joven, me fui a Nicaragua donde
había una guerra, a partir de ahí empecé a trabajar como freelance en Centro
América cubriendo conflictos y dictaduras. En el año 1988 entré en RNE y la
dinámica cambió pues tenía más respaldo económico y profesional. Empecé a
cubrir la guerra del Golfo, la guerra en Yugoslavia y luego años de
corresponsalía fija en Jerusalén. Estuve también en lo que se llama una
‘corresponsalía volante’ desde Madrid. Después pasé a América Latina unos años,
luego Siria, Líbano aunque finalmente se dio una circunstancia extraña que me
hizo acabar en EE.UU. Vine a cubrir las elecciones cuando ganó Trump y unos
meses después el corresponsal que estaba decidió regresar a España y yo propuse
venirme. Las malas lenguas me decían “bueno si ha ganado Trump es que va a
haber una guerra, que se vaya Fran para allá” y ha habido momentos que
efectivamente han sido como una guerra.
¿Cómo fue estar en la primera línea de una guerra?
Es una experiencia complicada y difícil. Es una sensación de
descoloque respecto a tu vida inicial. Estar en una guerra y regresar con tu
familia son como dos mundos que no pueden mezclarse. Hay momentos peligrosos y
duros no solo por lo que ves si no porque yo tengo varios amigos muertos en
Afganistán o Bagdad. Hay que tratar de aislar la faceta personal de la vida
personal porque si no uno acabaría loco.
¿Cuáles son los principales cambios y dificultades que encontró entre ese periodismo de guerra y la corresponsalía?
El tipo de información es diferente y más en EE.UU que la
información es mayoritariamente política. Es cierto que el perfil de Donald
Trump introduce un elemento agitador. Yo, por ejemplo, si hubiera ganado Hilary
Clinton aunque hubiera surgido la oportunidad, no me hubiera venido. A mí me
interesaba la información en el terreno y con Trump era posible. He ido mucho a
la frontera con México, he cubierto las manifestaciones contra el racismo y la
violencia policial y en ese sentido ha habido más movimiento en el terreno que
lo que hubiera sido una corresponsalía normal. Evidentemente también ser
corresponsal en EE.UU te lleva a que cubres todo tipo de información aunque el
mayor peso lo lleva la política , estuve en los Óscar este año y hago de todo,
economía etc. Se abre un abanico de temas y posibilidades enorme mientras que
normalmente en una guerra lo que se cubre es el mismo conflicto y sus
consecuencias durante meses y meses.
La imagen de Trump se vendió al panorama internacional con gran temor. ¿Se sintió en EE.UU de esa manera tan fuerte?
Trump es un personaje que ha hecho mucho daño a EE.UU y al
mundo. Es un daño que todavía no percibimos en su total dimensión. Ha
desestructurado el concepto de la democracia como se ha visto estos días al no
aceptar la derrota y acusar de fraude electoral sin ninguna prueba. Está
deslegitimando el sistema democrático y eso en los momentos que vivimos es
terrible porque figuras populistas le tiene ahora como modelo para tergiversar
la realidad, creando lo que ellos llaman una realidad alternativa. Es el caso
de tipos de democracias como Bolsonaro en Brasil o en Europa con Hungría que
hacen que cada vez se distingan menos de los regímenes autoritarios. Para mí
esto es un peligro grave y es un modelo que ha llegado para quedarse.
En la otra cara se vendió la victoria de Biden como algo totalmente opuesto, un símbolo de esperanza. ¿Cómo se vivió en EE.UU?
Los medios dieron la victoria de Biden a los 3-4 días de las
elecciones. Hubo cientos de miles de personas que salieron a las calles. Hay
una plaza que está cerrada, antes te podías asomar hasta la verja de la Casa
Blanca ahora no se puede. Está rodeada de vayas y cartelas alusivos a Trump.
Hubo un escenario de alegría, de celebración. Se vivió como una especie de
liberación, aunque Biden no es el político más carismático de este país, pero
mucha gente lo que celebraba no era la victoria de Biden si no la derrota de
Trump.
¿Qué exigencias y libertades le da RNE como corresponsal?
Siempre he tenido total libertad. Si que es verdad que ha
habido momentos en RNE en el pasado que ha habido alguna modificación por las
personas al mando. En concreto, hubo momentos muy difíciles con la invasión de
Irak. Ahí hubo mucha tensión conmigo porque yo siempre hablaba de invasión y
luego de ocupación y me consta que en el Gobierno eso no gustaba nada. Yo lo
que no iba a decir es que era una liberación porque no era así. También he
tenido algún momento de tensión con el tema del Sáhara Occidental porque al
Gobierno Socialista de Felipe González no le gustaba nada el tema. En la época
de Mariano Rajoy otra información delicada era la relativa a Hugo Chávez.
Recuerdo que me daban paso diciendo “el dictador Hugo Chávez” y yo tenía que
decir “no, Hugo Chávez ha sido elegido voluntariamente por el pueblo
venezolano”. Pero en cualquier caso
nunca he tenido un problema grave que transcendiera más allá.
¿Cómo es el acceso a las fuentes de información?
Las fuentes que tienes son muy limitadas. Evidentemente para
la Casa Blanca RNE no es nada. Ningún medio español tiene acreditación
permanente de prensa en la Casa Blanca. La información que pasa en España está
muy lejos y no tiene apenas influencia por lo que hay que insistir mucho en las
fuentes para conseguir la información.
¿Cómo ve de cara al futuro el trabajo de corresponsal?
Lo veo difícil. Algún amigo me decía que era el último de la
estirpe. Corresponsalía en Washington, París o Londres creo que siempre va a existir.
Otra cosa es lo que ha sido mi vida de viajar de aquí para allá pagado por un
medio con toda la seguridad y garantías, eso ya apenas existe. La época de
corresponsales con nombre propio se ha acabado porque los medios cambian
constantemente al igual que cada vez los viajes se hacen de manera más
independiente. Lo que está claro es que la información internacional siempre va
a estar y habrá que contarla.
Muy interesantes y profesionales tanto el entrevistado como la entrevistadora. Seguid así aportándonos vuestros conocimientos.
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